¿A qué viene la noche si no es a buscar pájaros? Aguardamos impacientes durante el día para poder divisarlos y, cuando por fin aparecen, en mitad de la noche despejada, sintiéndonos bendecidos observamos excitados su revoloteo. Instintivamente tratamos de atraparlos moviendo los brazos, pero no nos damos cuenta de que todavía están lejos y que nuestras manos son demasiado lentas y burdas para cobijarlos. Entonces, empleando la razón, buscamos crear el entorno que consiga que no se vayan, que permanezcan para siempre a nuestro lado. Y construimos grandes jaulas de oro en las que intentamos que los pájaros entren atraídos por el brillo del metal. Pero ellos siguen muy arriba, en el amplio cielo. La incertidumbre entonces se apodera de nosotros. ¿Realmente es a mí a quien han venido a encontrar? ¿Sabré corresponder su compañía? . Nos preguntamos si será suficiente sólo con observarlos para retenerlos y, finalmente, llegamos a plantearnos si acaso esa visión es real o sólo un ideal. Sea lo que sea, seguimos intentándolo y comenzamos a observar cada detalle para plasmarlo lo más fielmente posible en el lienzo de lo imperecedero. Pero, antes de poder hacerlo, nos vemos sorprendidos por el sueño, tan propiamente humano. Intentamos vencer el cansancio, no cerrar los ojos, y mantener eternamente su presencia. Pero los párpados van ganando peso, poco a poco, hasta que finalmente consiguen someter a la voluntad, que tan férrea parecía. Con el último rastro divisado intentamos mantener en nuestra mente a nuestros pájaros. Y tal vez soñamos con ellos. Y los podemos ver con tanta claridad que sentimos que, cuando abramos los ojos, por fin los vamos a poder tocar. Pero, cuando apunta el alba y da pie al nuevo día, el cielo desocupado nos anuncia lo efímero de nuestro sueño. Nuestros pájaros ya no están con nosotros. Ni rastro de ellos. Tal vez cierto esbozo de una figura en el papel. Una sombra. Aún así, no desistimos y aguardamos ansiosos durante el día a la llegada de la noche, que a qué viene si no es a buscar pájaros. ¿Realmente los queremos atrapar?
7 comentarios:
Tengo en alg�n rinc�n de alguno de mis hemisferios cerebrales un sue�o que se ha repetido a lo largo de mis cortas noches durante muchos a�os.
Es verano, y ya muy entrada la noche, mis titos salen con escopetillas de plomos a una maltratada alameda que hay junto a sus chalets. Con los primeros fogonazos de luz de las linternas ya comienzan los ladridos de los perros de las casas colindantes, pero al comenzar los disparos, todos los perros de la aldea, instigados por el ruido de las dos o tres escopetas y alentados por el ladrido de otros perros deshacen el silencio de la noche y lo convierten en una pesadilla en blanco y negro propia de las peliculas de masacres judias en los campos de concentraci�n.
Cuando despierto con las l�grimas casi saltadas, le busco miles de interpretaciones a ese sue�o y tan solo me agarro a la impotencia de no haber podido salvar esos indefensos pajaros, algunos en sus primeras semanas, ante aquel hoby tan cruel; (por no darle m�s vueltas existenciales a lo que tan solo es, de hecho, un recuerdo vivo de mi infancia)
idea libre tu relato me ha recordado a los cuadros de los disparates de Goya... Tétricos y oníricos.
Es una sensación.
POr cierto ruyelcid, ¿quieres publicar en el blog?
si es así sólo tienes que dejar un comentario con tu email y te mandare la invitación de redactor ¡¡Anímate!!
Pretendía hablar de aquellas cosas que nos inspiran y que tratamos de hacer realidad o, en todo caso, que estén siempre en nuestro ánimo; pero que a veces son perecederas, bien porque evolucionan y no mantienen su forma originaria, bien porque no tenían suficiente esencia para permanecer, o incluso porque la propia condición humana no permite su existencia o la obstaculiza...pero aún así necesitamos su presencia para seguir adelante... Siguiendo a Cortázar, los pajaros representan la idea de libertad; para nada pretendía representar algo tétrico ni disparatado...pero se agradecen este tipo de comentarios; muestran la capacidad de las palabras para sugestionar sensaciones muy dispares,según el enfoque, y eso siempre enriquece. Seguiré trabajando retórica!
Ni mucho menos pretendía desentrañar la intención de tu entrada. Simplemente quería expresar que ha evocado en mí su lectura. Jeje de todas formas la línea entre el sueño y la inspiración es difusa.. Quizás los momentos en los que nuestra mente echa a volar estando plenamente conscientes, sean eso, los sueños de nuestro velar.
comentario con mi e-mail (si, Un residuo, me gustaría alguna vez publicar por aquí)
ruyelcid77@gmail.com
GENIAL!!! YA VAMOS CRECIENDO ¡¡¡BIENVENIDO!!
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