Hace poco he leído Como nos venden la moto, una obra escrita por Noam Chomsky e Ignacio Ramonet. Os dejo aquí mis impresiones sobre la parte escrita por Chomsky (es de un trabajo para la universidad pero me explayo a gusto).Tambien colgaré uno sobre el capítulo de Ramonet. Me gustaría que comentarais para iniciar un buen debate...
En el capitulo El control de los medios de la obra Como nos venden la moto (escrita por Noam Chomsky e Ignacio Ramonet) Chomsky pretende analizar el poder que ejercen los medios en las sociedades modernas.
Lo hace de un punto de vista crítico, considerando como mito el concepto actual de democracia. Chomsky plantea la falsedad del modelo democrático tal como lo conocemos y lo contrapone al ideal verdadero de democracia.
Para él el individuo sigue sin ser plenamente libre puesto que, está dominado por los medios , unos medios controlados por la “esfera capitalista”que pliega a su voluntad la información en busca de la consecución de sus fines. En este sentido la arma más poderosa es la propaganda. Según el autor la propaganda ha hecho que el ciudadano no sea capaz de mostrar interés por ser parte activa de la solución de sus necesidades particulares, cediendo mansamente el poder a las “clases especializadas”. La propaganda actúa aquí como narcotizante que hace que la masa sea ignorante de su propio poder y que evite todo tipo de rebelión contra el Statu Quo. Éste es un planteamiento que entronca con el Funcionalismo: la utilización de la comunicación para la conservación de el orden establecido. Los medios controlados por la cúpula empresarial y financiera se encargan de demonizar las desviaciones haciendo que la propia opinión pública sea la que erradica a los disidentes. Noam Chomsky lo ilustra con el caso de los Huelguistas de Johnston: “La cuestión estribaba en la idea de que había que enfrentar a la gente contra los huelguistas, por los medios que fuera. Se presentó a éstos como destructivos y perjudiciales para el conjunto de la sociedad, y contrarios al los intereses comunes, que eran los nuestros, los del empresario el trabajador el ama de casa, es decir , todos nosotros.”
No es casual que Chomsky use como ejemplo la represión de los movimientos obreros. Para él los movimientos obreros representan un peligro para la clase privilegiada, por implicar la unión de los individuos bajo una idea distinta a la preestablecida. La esfera capitalista busca mantener a los hombres aislados para que les sea imposible conocer a otra personas con su mismas ideas y así creen que al ser el único que piensa distinto, no posee fuerza suficiente como para cambiar nada: “Desde el momento en que está prohibido organizarse, lo que es totalmente decisivo, nunca se esta en condiciones de averiguar si realmente está uno loco o simplemente se da todo por bueno, que es lo más lógico que se puede hacer”. Pese a que anteriormente se ha utilizado una idea de corte funcionalista, ésta en concreto es puramente conductista, muy en sintonía con la teoría de la aguja hipodérmica. El individuo atomizado es más vulnerable a la influencia de los medios. Así se forma la masa, un gran aglutinamiento de personas incapaces de compartir un pensamiento de forma homogénea.
Según Chomsky la ciudadanía en su faceta de objetivo de la Bala Mágica es tan vulnerable a los medios que es capaz de apoyar acciones e ideas, que si no estuvieran influenciados, nunca secundarían. Es el caso de la guerras, donde el manejo de la propaganda y las relaciones públicas resulta determinante. Casos como el de Vietnam, la Guerra del Golfo, la I Guerra Mundial son para el autor un claro ejemplo de como se puede utilizar el miedo al enemigo externo (real o imaginario), al terrorismo o simplemente a lo diferente para fomentar la agresividad en una sociedad (concretamente la estadounidense). Sin embargo también existen movimientos de repuesta como el pacifista y el feminista. Explica Chomsky que estos movimientos supusieron excepciones que consiguieron cambiar la opinión pública para aplicar cambios sustanciales y así conseguir una pequeña victoria frente a la clase dominante (retirada de Vietnam y los derechos de la mujer). Que no hayan conseguido más logros es de nuevo causa del empleo de la maquinaria mediática de la “democracia” liberal ( para Chomsky tanto la socialdemocracia como el liberalismo son caras de la misma moneda) con el fin de acabar con las anomalías: “Después de la década de 1960 se hizo todo lo posible para que la enfermedad (refiriendose al pacifismo) diera marcha atrás”.
En definitiva Noam Chomsky otorga a los medios un poder casi ilimitado. Digo “casi”por que él mismo concede que en ocasiones no han conseguido sus objetivos. Pese a esto, el enfoque es bastante simple, continuista con lo expuesto en otras obra suyas como La Propaganda y la opinión pública o Los guardianes de la libertad. Chomsky sólo considera tres estratos sociales: el sistema, la masa sumisa al sistema,y los rebeldes al sistema. De esta manera ignora una larga sucesión de lo que podemos denominar como “culturas urbanas”. A lo largo del siglo XX se han desarrollado una serie de movimientos ajenos a esa lucha maniquea que aquí se expone, conformando ellos mismos sus propias estructuras culturales y sociales. La lucha por los derechos de la raza negra, la cultura Punk o el nacimiento de la Generación X representan fenómenos que ayudan a explicar como se estructura nuestro presente puesto que poseen una gran influencia en nuestra cultura (música, arte, pensamiento). Además resulta un poco hiriente la infravaloración de las capacidades de las personas para decidir pos si mismas. No hay por que buscar una katarsis total de la democracia para no ser una persona ignorante, simplemente se puede tener la percepción de que estamos mejor que como estábamos antes, pero que aun así quedan muchas cosas por cambiar. Es evidente que Chomsky tiene parte de razón al indicar el poder de los medios (no en vano es considerado como el 4º poder) pero hechos recientes como el auge de Internet (y la fuente de información libre que supone) hacen de sus ideas una exposición un tanto obsoleta.
También acierta al hacer notar que el miedo ha sido utilizado muchas veces con fines execrables (el Holocausto Nazi es un claro ejemplo), pero tampoco se puede pedir que los medios sean ajenos a los riesgos que implica el mundo moderno. Chomsky solo ve el control mediático en la civilización occidental, sin darse cuenta de que entes muy agresivos como los regímenes totalitarios comunistas o el movimiento integrista islámico también lo hacen. El ciudadano es consciente de que vivimos en un mundo peligroso y quiere tener cierto contacto con la realidad. Cabe preguntarse si Chomsky acierta vanalizando el miedo al terrorismo tras los atentados del 11 de Septiembre en NuevaYork o los del 11 de Marzo en Madrid. No obstante es muy recomendable leer a Noam Chomsky para adquirir algo de relativismo en una época en la que se dan por ciertas muchas cosas que aparecen en los medios.
Carlos