
El buscador
miércoles, 28 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
El origen de los huracanes
¿Tú lo has sentido también verdad? Si... sabes de lo que hablo, sabes como todo el aire entra de golpe y con miedo en los pulmones, como se aferra, no escapa, tiene miedo de salir y no ser nadie, de no alimentarte con su cuerpo de frío invisible, de hojas bailarinas… Sin ti seria una brisa incomprendida más, un viento quizás, se perdería sin rumbo y sin destino, sin una razón de ser. Invisible entre tantos otros invisibles, átomo a átomo, silbaría melancólico peinando los robles, secando lagrimas. Sin tu respirar, sin esa autómata acción egoísta, que coge igual que suelta, que da como quita, él no habría sido él, sino otro cualquiera. En la calidez del pulmón todo parece teñido de rosa y añil, sonríe con la seriedad con la que de niño se juega, nada puede vencerle. Todo lo que sucede son instantes aislados por su maravillosidad, como fotogramas de una gran obra mutilada, a cual más valioso. Y pasan momentos que al le parecen años, y llora y ríe y brilla y canta. ¿Cuánto podría aguantar la respiración ella? ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que despreciara su olor a lágrima de sauce y a tierra mojada? No quería saberlo, y al final de cada instante se negaba a si mismo que aquello tuviese un final que no pudiera ser feliz. Pero como en todo acto egoísta, se debe volver a respirar, al fin de cuentas lo que cuenta es sobrevivir, y fue deportado de aquel mundo que parecía hecho sólo para él. Una exhalación y todo era ya tan lejano, volvía al viejo mundo un poco más viejo y bastante más vacío. Su melodía silbaba más melancólica entre el roble, peinó suave tantas melenas buscando una sola… ese olor que llena los ojos y cierra los parpados, ¿Cuántas veces habría vuelto a respirar ya? ¿A cuantos hizo únicos? Desesperado, comenzó a ser visible, a elevarse y a correr sobre las cabezas, olvidó las melenas y los olores y todo ya le importaba como a aquel que no era más que un todo. Empezó a voltear sobre sí, a buscarse a si mismo, todo lo que quería era querer, y sin embargo ahora giraba sin más como hizo siempre, pero como no había hecho nunca. Y ahora que al fin le veían todos le huían. Otros como él llegaron, porque como dicen a perro flaco todo se le vuelven pulgas, y pocos se atreven a dejar de respirar. Giraban en una vorágine de locura, y de gritos y de llanto y de olvido. Como un bucle uno a uno se deshicieron en el dolor de otro, se convirtieron en un todo dentro de un todo, destruyéndose en su sed de sin sentido, hasta finalmente desaparecer en el recuerdo de la calidez añil de tu pulmón.
miércoles, 14 de abril de 2010
Jordi Elías da portazos como panes.
domingo, 11 de abril de 2010
Testimonios materialistas a coro.
domingo, 4 de abril de 2010
Rock anticerebral: GN3
http://www.myspace.com/gn3psicomotriz